Las arritmias son más comunes en los atletas de deportes más intensos


Un estudio efectuado en Suecia sugiere que los esquiadores de alto rendimiento con más carreras acumuladas a velocidades más altas tienen mayor riesgo de desarrollar una alteración del ritmo cardíaco que aquellos más lentos y no tan fanáticos del deporte.

Un equipo halló que los atletas que habían completado por lo menos cinco carreras en 10 años eran un 30 por ciento más propensos a padecer una irregularidad en los latidos cardíacos (arritmia) que los que habían finalizado una carrera.

"Esto respalda la idea de que los atletas no son inmunes a la enfermedad cardíaca", dijo el doctor Aaron Baggish, especialista en salud del corazón de los atletas, pero que no participó del estudio.

De todos modos, los resultados no prueban que el esfuerzo extra cause problemas cardíacos.

El equipo del doctor Kasper Andersen, de la Universidad de Uppsala, estudió a unos 53.000 esquiadores de 'cross-country' que todos los años participaron de las 56 millas de Vasaloppet entre 1989 y 1998. De ellos, 919 desarrollaron una arritmia durante el estudio, que duró hasta el 2005.

Un 2,7 por ciento de los esquiadores que finalizaron la carrera por lo menos cinco veces en esa década desarrolló una arritmia, versus el 1,4 por ciento de los que completaron una sola carrera. Y los que lo hicieron en el menor tiempo eran un 30 por ciento más propensos que los atletas más lentos a desarrollar una arritmia.

La arritmia más común fue la fibrilación auricular (FA), aunque el equipo detectó también que a mayor experiencia en las carreras, mayor era el riesgo de tener una frecuencia cardíaca lenta (bradicardia). Esto sorprendió a Andersen porque no se había detectado en estudios anteriores en deportes de alta intensidad.

Baggish, director asociado del Programa de Rendimiento Cardiovascular del Hospital General de Massachusetts, en Boston, consideró que el estudio respalda el conocimiento disponible sobre los atletas y la FA. Sostuvo que probablemente existan múltiples explicaciones para ese riesgo extra.

En European Heart Journal, los autores escriben que el entrenamiento o la competencia podrían disparar las arritmias debido a que el corazón debe adaptarse al aumento y el descenso de la actividad física.

Pero Baggish y Andersen coincidieron en que estos resultados no deberían impedir la práctica deportiva.

"Sería un error interpretarlos como un motivo para evitar ese estilo de vida. Aún no sabemos si los atletas padecen más o menos arritmias que la población general", dijo Baggish.

Para Andersen, "la actividad física y el ejercicio tiene muchos efectos positivos, lo que supera cualquier aumento del riesgo de padecer una arritmia".


Fuente: Reuters Health