¿Cuándo operar a un diabético?

Ante cualquier operación se requiere valorar el riesgo quirúrgico. La cirugía en los pacientes diabéticos presenta algunas peculiaridades propias de la diabetes y sus complicaciones. Ante un paciente diabético que requiera intervención quirúrgica, lo más importante es corregir y controlar el trastorno metabólico y precisar las posibles complicaciones renales y cardiovasculares que pueden necesitar tratamiento específico.

Además las complicaciones quirúrgicas habituales pueden verse modificadas en el diabético por la diferente reacción de este frente a la infección, por su sensibilidad disminuida  o por la menor irrigación sanguínea en un área determinada; por consiguiente el diagnóstico y el tratamiento pueden ser difíciles en estos casos.

PRONOSTICO

El tratamiento actual del diabético ha mejorado extraordinariamente el pronóstico operatorio de estos enfermos.

En la era pre-insulínica los diabéticos sometidos a una operación morían por acidosis post-anestésica, mayor frecuencia de las infecciones, mala cicatrización de los tejidos e incapacidad para mantener una buena nutrición. En la actualidad, el peligro de infección durante la operación o en el postoperatorio es pequeño, sobre todo si la diabetes esta compensada.

Una vez establecida la sepsis, pude extenderse y producir necrosis y gangrena, por lo tanto debe ser prevenida, o una vez presente yugulada con el uso de antibióticos y el adecuado control del desajuste metabólico. La presencia de una glucosuria inesperada durante la convalecencia puede ser el primer indicio de una infección hasta el momento no diagnosticada y debe investigarse para instituir tratamiento inmediato.

En la actualidad las mayores dificultades en el paciente quirúrgico derivan del factor edad  y del factor vascular; este factor de riesgo acompaña tanto a los jóvenes como a los viejos diabéticos de larga evolución o con lesiones vasculares precoces. Estos factores asociados son responsables de la mala cicatrización de las heridas, lesiones en las extremidades inferiores, la  aparición de problemas cardiovasculares (oclusión coronaria, insuficiencia cardíaca, embolismo pulmonar), accidentes vasculares encefálicos y complicaciones renales. 

En el postoperatorio es importante la movilización precoz, la protección de los pulmones con inspiraciones profundas y movilización en la cama; los amputados deben hacer algún ejercicio para aumentar o favorecer el consumo de carbohidratos.


¿CUÁNDO OPERAR A UN DIABÉTICO?

Debe aceptarse el principio de que la enfermedad quirúrgica establece la indicación de la operación. El momento de la intervención lo determina la urgencia del proceso. Todo paciente diabético compensado puede ser operado de lo que sea necesario y no se debe, ni se tiene por qué prohibir o posponer una operación por el hecho de ser diabético.

En la cirugía de urgencia en el enfermo descompensado se empleará el tiempo disponible para normalizar su glicemia, su  acidosis y restaurar hasta donde sea posible su trastorno metabólico y reservas nutricionales.

Hay intervenciones quirúrgicas electivas en las cuales lo indicado es tomarse su tiempo y mejorar al máximo las reservas nutricionales, glucogénicas, del hígado y de vitaminas y minerales logrando obtener el mejor control de la diabetes; pero en casos de emergencia basta con que no haya acidosis. La hiperglicemia no es un obstáculo para operar. El acto quirúrgico debe ser lo más rápido y se tratará de traumatizar lo menos posible a los tejidos.

Si todos los diabéticos conocieran la importancia del diagnóstico precoz de cualquier proceso, seria posible y más exitoso el tratamiento quirúrgico preventivo que el curativo.


Por: Dr. Estrada