Anteriormente habíamos publicado
cuales son nuestros Factores Defensivos contra el desarrollo de una Gastritis o cualquiera de las Úlceras Pépticas. Y no podíamos dejar
pasar la ocasión para analizar cuáles son los Factores Agresores que permiten el desarrollo de estas patologías
tan frecuentes, pues todos tenemos algún allegado que las padezca, o por el
contrario contamos con experiencia personal.
Es lógico pensar que podemos
considerar como Factor Agresor todo aquel que sea contrario a los Factores Defensivos, así tenemos que será agresivo para nuestro organismo todo aquello
que interfiera con el buen funcionamiento de nuestro Estómago y Duodeno, por
ejemplo cualquier demora en el vaciamiento o alteración en la motilidad, pues
existen personas que tienen una digestión
lenta. Algo similar sucede con el mucus, es decir, el gel que secretan
células de la mucosa gástrica para protegerse, si la calidad de este es mala la
protección será defectuosa, ocurre lo mismo si disminuye la secreción de mucus.
Una mala irrigación sanguínea hacia la mucosa afectaría la misma. Los trastorno
nerviosos que repercutan en la retroalimentación (Feed back) ocasionaran que el Estómago no reaccione bien a los estímulos,
es decir, cuando este recibe alimento debe aumentar la acidez, no antes, y no
mantenerla una vez que se ha vaciado.
La sola presencia del Acido Clorhídrico (HCL) y la Pepsina a pesar de ser fisiológica es
agresora, daña la mucosa del tracto digestivo; no obstante la recuperación del
epitelio gástrico es tan acelerada que permite en condiciones normales nivelar
esto; a nivel duodenal el bolo alimenticio se mezcla con las sales biliares (alcalinas) procedentes
de la vesícula biliar aumentando el pH, impidiendo así el daño del duodeno y
del resto del intestino delgado. Por tal motivo el HCL y la Pepsina son
factores agresores, más aun si se halla una condición que incremente su
concentración. Existen personas que tienen un mayor número de células
parietales en el Estómago, que son las encargadas de producir el HCL.
Mencionamos también en los
Factores Defensivos la importancia de una buena dieta y estado psíquico, por
tal motivo será Factor Agresor una alimentación inadecuada, tanto en la calidad
de la misma como en la cantidad (debemos aprender a comer), de igual forma un Stress mantenido repercute sobre todo
el organismo y a nivel estomacal favorece la producción de Gastritis y Úlceras
tanto gástricas como duodenales.
Ahora pasemos a aquellos Factores
Agresores que no hemos citado. Uno conocido y muy difundido es la presencia de
la bacteria Helicobacter Pylori, por
lo que se debe asistir al médico para que haga diagnostico e indique
tratamiento antibacteriano adecuado. Los medicamentos también agreden nuestras
mucosas principalmente la gástrica, la máxima expresión de esto por su
mecanismo de acción son los Anti-inflamatorios no Esteroideos (AINES) y los Esteroideos o Corticoides,
ya que inhiben la producción de prostaglandinas necesarias para la protección
de la mucosa por el gel de mucus. El consumo de alcohol y tabaco puede ser muy
perjudicial para nuestras vías digestivas. No podemos dejar de señalar los
factores hereditarios que también son elementales, así como también es
significativo que la presencia de Gastritis y sobre todo de Úlcera Péptica es
más frecuente en personas con grupo
sanguíneo O y A. Finalmente cualquier tumor a nivel gástrico o duodenal
favorece la producción de Úlceras.
Es importante tener cuidado con
todos estos Factores Agresores, principalmente aquellos que dependen
directamente de nosotros y podemos controlar, como los hábitos alimenticios, no
ingerir bebidas alcohólicas ni fumar, no usar medicamentos anti-inflamatorios si
no han sido prescritos por un profesional. Así como el control del Stress.
Factores Agresores:
- Presencia de HCL y pepsina.
- Mayor número de células parietales.
- Deficiencias en la motilidad y evacuación gástrica.
- Presencia de cepas patógenas de Helicobacter Pylori.
- Deficiencias en la calidad del gel por carencias en calidad y cantidad en la producción de mucus y bicarbonato.
- Uso de medicamentos de AINES y Corticoides.
- Deficiencias en la irrigación gástrica.
- Trastornos de la retroalimentación (Feed back).
- Consumo de tóxicos como tabaco y alcohol.
- Estrés agudo o crónico mantenido.
- Deficiencias alimenticias.
- Factores hereditarios.
- Grupo sanguíneo O y A.
- Tumores.