El Síndrome de Achenbach


El síndrome de Achenbach es un hematoma en la mano o en los dedos. En muy raras ocasiones se encuentra un hematoma en el área del pie o sus dedos. El hematoma se produce espontáneamente y sin razón alguna de forma dramática. El síndrome se conoce médicamente como “Fingerapoplexie” (apoplejía de los dedos), hematoma paroxístico de la mano o hematoma paroxístico del dedo.


¿Qué es el síndrome de Achenbach?
El síndrome de Achenbach, es llamado así por el investigador e internista Dr. Walter Achenbach, son hematomas que aparecen en los dedos o las manos. Estadísticamente las mujeres son afectadas con una frecuencia ligeramente mayor que los hombres. Se debe destacar que las mujeres mayores y las mujeres de mediana edad son más propensas que las mujeres jóvenes, adolescentes o niñas.
En casos raros el síndrome de Achenbach no se manifiesta en las manos y son los los pies y sus dedos los afligidos. Este síndrome se manifiesta por un hematoma doloroso que aparece sin razón aparente y de manera repentina, a diferencia del hematoma que se produce de forma natural causado por influencias externas (trauma). Por lo tanto son evidentes los síntomas visibles y perceptibles, pero ninguna causa. Debido a esto son llamados hematomas espontáneos paroxísticos.


Causas
Las causas reales del síndrome de Achenbach son desconocidas. Sin embargo, se sospecha fuertemente que los hematomas son a menudo causados por una debilidad de los vasos locales, por un daño en las paredes de los vasos, debido a disturbios hormonales o fluctuaciones neurovegetativas en los vasos pequeños.
Especialmente las fluctuaciones hormonales podrían ser una causa probable, debido estadísticamente a la mayor cantidad de mujeres en la menopausia se quejan del síndrome de Achenbach. Hay que añadir que los hematomas no tienen un aspecto único. A menudo, estos se producen una y otra vez a los mismos sitios. Esto a su vez puede deberse a vasos debilitados. Los golpes leves o factores externos banales también pueden afectar y tienen como resultado un hematoma espontáneo que por su tamaño no guarda relación con la intensidad del trauma. Los síntomas y signos típicos son hematomas en los dedos y las palmas con dolores punzantes.




Diagnóstico
En la mayoría de los casos, el síndrome de Achenbach es notable por una ligera sensibilidad y decoloraciones de la piel sutiles. A continuación, sigue rápidamente una ligera hinchazón y una coloración azulada (como el causado por contusiones o golpes) como los hematomas que se producen de manera natural, con la diferencia que aquí no hay ninguna razón aparente.
A veces los pacientes se quejan también de sensación de frío, y dolor local que aumenta con el movimiento. El diagnóstico se realiza mediante un amplio examen de la parte del cuerpo afectada por un especialista (por ejemplo, por un internista). Por lo general, la enfermedad es tan espontánea y rápida, que se cura la lesión en los primeros días y la hinchazón y el hematoma desaparecen.


Tratamiento y terapia
Tratamiento del síndrome de Achenbach se ejecuta en su mayoría del mismo modo que para cualquier tipo de hematoma. Con enfriamiento, ungüentos y protegiendo la parte del cuerpo afectada se consigue que retrocedan las manifestaciones.
Además, se debe evitar durante la fase de recuperación las cargas pesadas, así como poner en reposo la mano, pie o partes afectadas en la medida de lo posible. Esto es extremadamente importante en el caso de accidente cerebrovascular. El sobreesfuerzo prematuro o el estrés podrían retrasar la curación o incluso favorecer a un empeoramiento de los síntomas.
El síndrome de Achenbach puede ser considerado como una enfermedad inofensiva. No obstante, se deben de tratar oportunamente los síntomas y las crisis con tratamientos precisos y exámenes considerando la posibilidad de encontrar otras causas.


Prevención
El síndrome de Achenbach se puede contrarrestar sólo parcialmente. Pues se sabe que el paciente sufre de vasos débiles o paredes de los vasos sanguíneos lábiles. En primer lugar, se deben evitar actividades que podrían causar molestias o daños, en la medida que se realizan. En segundo lugar, el cuidado de la mano, pie o dedo afecto ante los primeros síntomas y enfriar completamente.